El viejo cojo

Caminando por la peatonal al mediodía, voy percibiendo mi remera que se va enjugando de transpiración. El otoño ya avanzó lo suficiente, abril está por terminar, pero el calor se resiste a huir.
Aislado del mundo con mi mp4, voy pensando en mi situación estudiantil...en minutos más se resolvería mi futuro académico.
Al llegar a la esquina de 24 de setiembre y Muñecas, me detengo hasta que se abra el paso para los transeúntes. Sigo en mi universo. De repente, cruzo mi mirada con un señor. Era un poco viejo, 60 años tal vez. Estaba vestido con un saco a cuadros y llevaba un instrumento colgando, una guitarra tal vez. Me doy cuenta que observa la leyenda de mi remera que reza "AUTONOMIA CARAJO". Me mira nuevamente y se anima a preguntarme:
-"Vos sos de ahi?"-
-"No, pero estuve viviendo un tiempo"- respondo con seguridad, aunque sorprendido por la conversación.
-"Ahh, yo vivo allá"-
-"No me diga, pero usted es boliviano?..."
-"No, yo soy argentino, pero vivo ahi".
Cruzamos la calle. La charla sigue.
"Que pasa con lo cambas, hermano?, esta terrible la cosa no?"
"Si, andan medio revolucionados" le contesto. Tenia deseos de contarle todo lo que sé y como percibo objetiva y subjetivamente la gran división boliviana. Pero me salian solo comentarios pequeños.
"Ahora que pasa, los collas los estan jodiendo a los cambas. Son unos hijos de puta. Esos collas son diferentes a los que tenemos aqui, en los valles, que son buena gente. Allá son distintos. Vos y yo como argentinos, como vemos este tema?"- Me decia, mientras notaba su dificultad al caminar.
No recuerdo si dije algo más. Pero esta vez el sentimiento de impotencia de no poder expresarme como quisiera era mayor. Como explicarle que muchas de esas diferencias, que hoy se plasman en la politica-ecónomica del pais vecino, tienen su base en la intolerancia tradicional mutua entre collas y cambas. Como explicarle que tengo amigos cambas y amigos collas, que quiero por igual; que no puedo ponerme del bando de ninguno, porque ponerse en un bando es ser consecuente con esa intolerancia. Que el camino no es la confrontación ácida y violenta, sino el acuerdo basado en el respeto.
Concuerdo en muchos aspectos con el reclamo de los cruceños, pero en muchos otros aspectos no. Iguamente con los reclamos de la gente del altiplano. Pero discrepo totalmente con la manera que tienen ambos de confrontar sus ideas.
Me senti un poco culpable, pero si tengo esta remera, es por un motivo mas frivolo (frivolo?) : recordar con cariño y nostalgia ese tiempo que estuve viviendo en el Oriente Boliviano.
El señor me dio la mano amablemente, y me deseo bendiciones. Un amigo se le acercó mientras yo seguia mi camino. Riéndose le dijo: "Este es el verdadero músico, en contacto con su gente jaja".